La alergia alimentaria es un tema de creciente importancia en el ámbito pediátrico, requiriendo una atención cuidadosa y una comprensión profunda para abordar de manera efectiva las necesidades de los niños afectados. Como pediatras especializados en alergia, nuestro papel es esencial en la evaluación, prevención y tratamiento de esta patología, garantizando tanto la salud como la calidad de vida de nuestros pacientes.

La correcta valoración de los niños con sospecha de alergia alimentaria es fundamental. Si se confirma la alergia, es crucial instruir a los pacientes y sus familias sobre las medidas preventivas y el tratamiento adecuado, ya que las reacciones alérgicas pueden ser potencialmente graves. Además, cuando sea posible, ofrecemos opciones de desensibilización para ayudar a los niños a tolerar los alimentos a los que son alérgicos. Sin embargo, es importante destacar que si, después de un estudio exhaustivo, no se confirma una alergia verdadera, se alienta al paciente a volver a su dieta normal, ya que las restricciones innecesarias pueden llevar a déficits nutricionales.

Uno de los aspectos cruciales en la prevención de la alergia alimentaria es la introducción de alimentos complementarios, también conocida como BEIKOST.  Debemos seguir cuidadosamente las pautas actuales que sugieren no introducir BEIKOST antes de los 4 meses (o 6 meses si hay lactancia materna), y garantizar una exposición frecuente a todos los  alimentos. Es importante tener en cuenta las restricciones específicas, como evitar alimentos con riesgo de atragantamiento y ciertos alimentos durante el primer año, como espinacas, acelgas, leche de vaca, miel y pescados grandes debido a posibles riesgos para la salud.

La inducción a la tolerancia es otro aspecto crucial en el manejo de la alergia alimentaria. A medida que avanzan nuestros conocimientos en este campo, hemos desarrollado métodos para ayudar al cuerpo a tolerar los alimentos a los que previamente había reaccionado de manera alérgica. Este proceso implica una exposición controlada y gradual al alimento al que el cuerpo está reaccionando de manera incorrecta, con el objetivo de reducir o eliminar la respuesta alérgica en el futuro. Este enfoque no solo amplía el repertorio de alimentos seguros para el niño, sino que también reduce la severidad de las reacciones alérgicas y mejora significativamente su calidad de vida.

Para garantizar un manejo efectivo de la alergia alimentaria en niños, es importante seguir una serie de consejos prácticos:

  1. Conocer en profundidad los grupos de alimentos y las posibles reacciones cruzadas.
  2. Mantener un registro detallado de los alimentos que se han tolerado previamente y las fechas asociadas.
  3. Promover la tolerancia frecuente a todos los alimentos que no han causado reacciones alérgicas.
  4. Controlar cuidadosamente los factores que pueden potenciar las reacciones alérgicas, como el estrés, el ejercicio y ciertos medicamentos.
  5. Reconocer tanto los síntomas leves como los graves de las reacciones alérgicas y actuar en consecuencia.
  6. Revisar regularmente la fecha de caducidad de los dispositivos de adrenalina y estar preparado para su uso en caso de emergencia.
  7. Repasar con el médico las indicaciones de uso de la adrenalina y practicar su administración con un simulador.
  8. Contar con al menos dos dispositivos de adrenalina para garantizar una respuesta rápida en caso de necesidad.
  9. Identificar a un cuidador de confianza que esté familiarizado con la situación del niño y pueda proporcionar apoyo en caso de emergencia.
  10. Asegurarse de que el informe médico con las restricciones dietéticas y el plan de tratamiento esté claro y accesible en todo momento.

En resumen, la alergia alimentaria en niños es un desafío complejo que requiere una atención multidisciplinaria y una comprensión profunda de sus implicaciones. Como pediatras especializados en alergia, estamos comprometidos a proporcionar una atención integral y personalizada para garantizar la salud y el bienestar de nuestros pacientes afectados por esta condición. Mediante una combinación de prevención, tratamiento y educación, podemos ayudar a mejorar la calidad de vida de estos niños y sus familias.